
















El Objeto Intersticial emerge de la experiencia de habitar la casa desde un nivel de cosas, como un tipo de 'familiarización' (con cosas que yacen por ahí, en el dormitorio por ejemplo –un cúter, ropa tirada, etc.– o en la cocina –utensilios, manteleria, etc.–). Se trata de un objeto arquitectónico ubicado en el interior de un local comercial como síntesis proyectual de un diseño interior para la venta de ropa. Seguido, se muestra como un sistema abierto, con el fin de aprovechar al máximo figura y forma. Su figura en espiral, resultado del análisis del contexto edificado, pretende contrastar geometrías –geometría orgánica con geometría platónica–, así, su función basada en la construcción matemática de la propia forma que es por medio de rectángulos áureos, permite: a) fragmentación (tres en total): un objeto con la capacidad de convertirse en otro, a sabiendas de que un negocio se auto-organiza espacialmente para promocionar algo en una fecha calendario representativa; b) utilidad por fragmentación: aplicada a cada rectángulo áureo, por ejemplo la utilidad asignada a una de las secciones del objeto es un sistema de repisas que giran a 90°, esto permite aumentar la capacidad de combinaciones de presentación del producto y; c) función asimétrica: utilidad al máximo del objeto mediante la dotación de cambio de escala, ideal como efecto de curiosidad en el comprador.
El objeto se articula con lo demás del lugar mediante planos visuales diseñados sobre los catetos de la geometría platónica existente, para potenciar ese espacio intersticial (del aquí y del allá) en el que la persona recorre en, entre y desde el objeto. Como puede inferirse, el lugar se organiza en torno a un objeto arquitectónico con la intención de vender (no competir), es ese el meta-objetivo del comercio, y vender implica mostrar. Esto último se ha planteado aquí no en el sentido de publicidad artificiosa, sino en el de familiarización, como memoria de lo de casa, la persona y las cosas, ante esto, y siguiendo a Muntañola (1999), la persona mediante el uso y la vista construye y des-construye el objeto.
Año: 2019.
Arquitecto: Jackson Ramírez.
Cliente: Street Machine Ec.
Emplazamiento: Mall Don Daniel, Ciudad de Loja, Ecuador.
Gerencia del Proyecto: Proyectos Arquitectónicos, Estudio de Arquitectura.